El Camino de la Montaña

Caminando entre montañas
que obstaculizan mi mirar,
largos caminos pedregosos
que endurecen mi caminar.

El tiempo es agobiante
pues decide no parar,
y la lluvia le acompaña
durante todo mi caminar.

A mi derecha veo hierva,
a mi izquierda veo el mar,
y junto a mí veo a una chica
que me ayuda a continuar.

No hay nada imposible,
ni que no pueda superar,;
no hay nada difícil,
su solución ha de llegar.

No es un camino fácil
pues se necesita pensar,
valorar las decisiones
que deberás tomar.

Es un camino duro
que cualquier día acabará,
si vas acompañado
más cómodo será.

Unos días atrás
la suerte me sonrió,
con una acompañante
para mi corazón.

Está siempre a mi lado,
no me permite caer,
me ayuda a mirar al frente
sin miedo alguno tener.

Es un camino pesado
que lleva a la tranquilidad,
sendero puro y plano,
donde se escucha el respirar.

Como bien dijo Manrique
es un río que va al mar;
es una tormenta que cesa
tras años de caminar...

Mikel.

El Agua Evaporada

Sentado en mi viejo sillón
escucho como la lluvia
golpea el firme cristal.

Mis pupilas siguen a las gotas
que solas van resbalando
hasta la repisa alcanzar.

En cada una de ellas viaja
un mal recuerdo, sueños deshechados
que ya nunca volverán.

Tras la tormenta viene la claridad,
tras el frío viene el calor
y tras las pesadillas, la paz.

La lluvia de repente cesa,
el silencio se deja escuchar,
ojos cerrados, suave respirar.

Los rayos del sol evaporan
las gotas de agua que mojan
los caminos de mi andar.

Abro los ojos sin pensar,
miro las aceras ya secas,
sonrio al sentir su paz.

Ahora puedo mirar al sol
y cegarme por su esplendor,
sentir su plácido calor.

Ahora puedo sentir la paz,
estando apoyado en tu pecho,
soñando con no despertar...

Mikel.

El Despertar De Cada Mañana

El sol reflejado
en la ventana
me hace despertar.

Una brisa de aire
acaricia mis mejillas,
me hace levantarme.

Camino por el pasillo
tomando contacto
con la nueva realidad.

La luz del baño tiembla,
la ducha fría está,
momento para meditar.

Mientras el agua
resbala por mi cabello
embobado me quedo.

Mientras el jabón
se desliza por mi cuerpo
aprobecho a pensar.

Cuanta felicidad me invade
cada mañana al despertar,
al saber que estás.

Cuanta emoción me absorve
al saber que te podré ver
antes de volverme a acostar.

Una sonrisa se me escapa
al verte en mí­ proyectada,
sonriente y abrazada.

Una vez aclarado el jabón
salgo de la ducha,
secándome pienso en tí­, corazón.

Me preparo para salir,
para ver el mundo otra vez,
para poder volverte a ver.

Se me acelera el corazón,
los latidos, la respiración,
pues tu los mueves, mi amor.

La alegrí­a de las mañanas,
la luz que entra por las ventanas,
el aire que oxigena mi alma.

La sangre de mis venas sonrojadas,
las sonrisas que dibuja mi cara,
el agua que mi sed calma.

Todo eso eres tú,
no tengo palabras
para definir
cuánto eres para mí­.

Mikel.

Palmeras en la Pared

Horas y horas tirado en el sofá,
con la mirada en el techo
y la mente ocupada
sin parar de pensar.

El silencio presente está,
unicamente es roto
por el dulce sonido
de las olas rdel mar.

Unas sombras juegan en la pared,
ramas de unas palmeras
que bailan a merced
de la brisa marina.

No puedo cerrar los ojos,
pero si relajar mi pulso,
no puedo dejar de respirar
pero sí­ controlar su intensidad.

Durante un instante
dejo de escuchar
los sonidos que la naturaleza
inocentemente da.

Durante un instante
dejo de ver
todo cuanto mis ojos
en mí proyectan.

Mi mente me absorve,
me hace recordar,
revive momentos
que ya no están.

Cuando a mi lado estabas,
cuando te podí­a acariciar,
cuando tu aliento
era todo mi respirar.

Mi corazón palpita,
se acelera, se alegra,
mis pulmones solicitan
más energí­a para funcionar.

Esos momentos no volverán,
la vida continúa,
podemos repetirlos
muchas veces más...

Las agujas del reloj
se resisten a parar,
acercando el momento
en que nos juntará.

Un destello de luz,
una lámpara en la pared,
que se cuela por mi ventana
para hacerme volver.

La noche es luminosa,
cielo despejado,
miles de estrellas
con la luna a su lado.

Me levanto,
salgo al balcón,
miro al cielo,
siento el amor.

Unos pasos llaman mi atención,
girando la cabeza te veo,
tus femeninos andares,
tu sonrisa al mirarme.

Desaparezco de tu vista
unos instantes,
te abrazo cuando no miras
y te beso cuando quieres.

Tus labios se mueven
a la par que los mí­os,
tu sangre hierve
al sentir mis latidos.

Unidos estamos
cuando juntamos las manos,
unidos caminamos
sin un rumbo fijado...

Mikel.

Difunto Sueño

En la cama caí dormido,
un largo día fue,
sigo sin asimilar el sueño
que aquel día soñé.

La felicidad llamó
a las puertas de mi fe,
la euforia se convirtió
en el agua de mi beber.

Cómo iba yo a saber
que el amor me iba a escoger,
cómo iba yo a saber
que ella me querría poseer...

En ese mismo sueño
desaparecía el dolor,
se marchaba la tristeza,
agonizaba su último adiós.

Esos mismos pasos
los ha seguido mi corazón,
esos mismos pasos
son los que siento yo.

Igual que en el sueño,
difunto recuerdo,
dejó de existir
cuando se fundió mi pecho...

Ahora los sueños
mas dulces son,
aquel se fue
creando otro mejor.

Ahora dormido estoy,
no quiero despertar,
de este nuevo sentimiento
que manipula mi respirar.

Mi corazón se excita
aunque relajado está,
mi puslo se calma,
acelera y frena...

Nunca me alegré
de la muerte de algo amado,
ese sueño marcó
gran parte de mi pasado.

Pero las gracias doy,
a Alá, Dios o al Diablo,
por haberselo llevado,
felicidad me ha dado.

Haré lo posible por no despertar,
por permanecer aferrado a él,
pues es el sueño de mi vida,
es el sueño de mi calma.

Ese sueño es la persona
que mi corazón domina,
es real y palpable,
es la sonrisa mía.

Mikel.

Sentir la Calma

Cerrar los ojos,
sentir tu corazón,
la suavidad de tu espalda
el ritmo de tu respiración.

Saber que el bienestar
nos invade a los dos,
haciéndonos desear
parar el tiempo.

Sobran las palabras,
sobran las miradas,
estar a tu lado
es sentir la calma.

Besos perdidos,
caricias sin retorno,
felicidad ardiente
en nuestros cuerpos...

Oscuridad y silencio,
estar a tu vera,
tener en la cabeza
dos palabras: Te Quiero.

Manos que se buscan,
almas que se encuentran,
sueño que se esfuma
pues se ha hecho real.

Mikel.

Mi Pequeña Esquina

Quien iba a decir
que iba a acabar
sentado en esta mesa
escribiendo mi pensar.

Plasmando en papel
todo aquello
cuanto pasa
por mi cabeza.

Todos mis temores,
todos mis secretos,
todos mis anhelos,
todos mis amores...

Esta vieja silla,
la pluma, la mesa,
esta vieja sala,
biblioteca de mi alma.

Todo cuanto puedo ver
mas allá del papel
es culpable formal
de hacerme soñar.

La tranquilidad
que aqui se respira
es quien me inspira
y me hace volar.

La paz, la calma,
los profundos sueños,
todo en cuanto crea,
aqui lo puedo tocar.

Los cristales rotos
de la vieja ventana
me permiten contemplar
el tiempo, como pasa.

Las hojas caídas,
las flores marchitas,
el piar de los pájaros,
la lluvia de la vida.

Seguiré viniendo
a esta pequeña esquina,
mientras mi cuerpo
me lo permita.

Seguiré escribiendo
estas líneas
cuando mis manos...
me den la vida...

Mikel.

Susurrar al Viento

Es verte y sentir
que no te podré tener,
que no te podré conseguir,
esperaré aquí.

Día tras día
contemplo tu estar.
contemplo tu sonreir,
contemplo tu caminar.

Día tras día
las esperanzas se van,
se cierran las puertas
que forman tu amar.

No puedo dejar de pensar
en tus ojos dulces
con la mirada perdida
en la inmensidad del mar.

Duro es saber
que tu corazón
ocupado está,
mío no es, ni lo será.

Tal vez el tiempo
me haga retroceder,
volver a sentir
el frio de mi piel.

Así poder olvidar,
encerrarme en mi mismo
y no dejar pasar
a ningun alma más...

Me vendría bien pensar
pero la culpa no tengo
de mis sentimientos
no poder controlar.

Mi corazón elige,
lo acepte o no,
él es quien dirige
los llantos de mi dolor.

Prefiero callarme,
ser un gran cobarde;
no emocionarme,
mi orgullo tragarme.

Mala es mi suerte,
mala es mi puntería,
fijarme en aquella persona
que menos combiene al alma mía.

Le susurraré al viento
todo aquello cuanto siento,
así solo serán palabras
que se perdieron en el tiempo.

Antes no lo había notado,
unas palabras bastan para sacarlo,
respiraré fuerte y tranquilo,
tal vez logre expulsarlo...

Mikel.

Las Puertas de la Vida

Otro triste día más
bajo el calor del sol,
caminando por la arena
que congeló mi corazón.

La brisa del mar
de mí se alejó,
anhelo encontrar
de nuevo su esplendor.

Pues aún me queda largo camino
de dura soledad y meditación,
de aclarar todas las ideas
que viven en mi vacío interior.

Cierre las puertes que cierre,
otras nuevas se abrirán;
vendrán nuevas respuestas
de tendré que buscar...

Quizá sea eso la vida,
final tras final,
pregunta tras pregunta,
desiciones que tomar.

Siempre supe que por esto
sin piedad tendría que pasar,
el limbo del olvido,
de las heridas sin cerrar.

Aunque página haya pasado,
aunque no sienta su dolor,
aunque de ella me haya olvidado,
la herida no desapareció.

Tal vez sea este el camino,
la vía de escape de desierto
que invade mi yo interior,
ausencia de calor...

Me gustaría el agua probar,
me gustaría poder descansar,
me gustaría poder terminar
con esta dura soledad...

Mikel.

El Libro de mis Pensamientos

Tanto tiempo sin escribir,
tanto tiempo caminando solo,
tanto tiempo sin decir
las palabras que me guardo.

Tantas horas sin saber
cual será el rumbo de mi vida,
tanta incertidumbre al pensar
que son mis pies quienes me guían.

He tenido que parar,
mi cuerpo no podía más,
necesito un respiro,
cerrar los ojos, no mirar.

En el libro de mis pensamientos
ya no hay nada escrito,
solo hay hojas en blanco.
las escritas las arrancaron...

Entre el tiempo y las lágrimas
sus letras han ido borrando,
para evitar que piense en ello,
para evitar que me hagan daño.

Pero aunque tinta no haya
queda la huella del pasado,
de que algo fue escrito
para luego ser borrado...

Unas migas de arena
se esconden en el libro,
no me dejarán solo,
se vienen conmigo.

Busco algo para escribir en él,
unas líneas quisiera poner
pero no puedo hacerlo,
solo escribe él...

Una página intento arrancar,
de nada sirve hacerlo,
por mucho que la rompa
a mí volverá.

Sigo tratando de averiguar
como guardar algo en él,
pues no depende de mis manos
si no de mi entender...

Mikel.

Mi Viejo Camino

¿Para qué llorar?
si no hay lágrimas;
¿Para qué reír?
La tristeza habita en mí.

¿Para qué luchar?
Si ya no hay esperanzas;
¿Para qué buscar?
Pues no encontraría nada.

Ya nada es igual,
ni las conversaciones,
ni las formas de mirar,
congeladas están.

Me niego a intentar
cambiar la realidad,
el traicionero destino
destruyó mi camino...

Ahora tendré que esperar
un nuevo resplandor de luz
que a mi corazón pueda guíar
paso a paso en la oscuridad.

Maldita calma en la tempestad,
maldita vela en la oscuridad,
maldito sueño que entre pesadillas
esperanzas hiciste despertar.

Y como a todo en esta vida,
te tengo que dejar marchar,
sin saber porque te fuiste,
sin saber si volverás...

Duele tener que partir,
emprender camino a la soledad,
duele tener que seguir
y a la felicidad olvidar.

Mikel.

La Vela en la Oscuridad

Una larga y vieja mesa
Escondida bajo la luz
que da a una fina vela
inmersa en la oscuridad.

Una pequeña silla
es quien les acompaña,
en esa fría habitación
no hay nada más.

Una gota de agua
aterriza sobre mi mejilla,
mientras miro por la ventana
mientras me asomo de puntillas.

Débil es la luz que da,
suficiente para poder apreciar
las sombras del interior
de la solitaria habitación.

Una suave brisa de viento
hace bailar mi cascado cabello,
la pequeña ventana amenaza
con rendirse y abrirse.

Tan solo unos segundos
tarda el aire en hacerse
un hueco entre los cristales
que tristemente la forman.

Me planteo entrar
pero el miedo ahí está,
acceder a ese lugar
desconocido para mí.

Supongo que no tengo elección,
entrar en la habitación
o morir de frío,
congelado en el exterior.

No sé qué hacer,
ni que pensar,
¿habrá sido el destino?
¿Será casualidad?

Entrar o no entrar,
simple es la decisión
que tengo que tomar,
luz u oscuridad.

Por fin me decido,
trepo y me resbalo
cayendo a su frío
y picado suelo.

Confiaré en que la luz aguante
hasta que el sol salga,
confiaré en que la vela
sea mi luz antes de cada mañana.

Mikel.

Caído en el Camino

No tengo fuerzas
para seguir mi camino,
no tengo valor
para enfrentarme al destino.

No tengo una luz
con la que iluminar
la trayectoria
que mis pies dictan.

No tengo agua
con la que sanar
la dura sed
que en mi cuerpo grita.

No tengo alimentos
con los que alimentar
el oscuro hambre
que sufre mi alma.

No tengo nada
por lo que luchar,
por lo que pelear
hasta el final.

No tengo sueño
pues no duermo,
mi próximo descanso
será el eterno...

No tengo sangre
que recorra mis venas,
está toda seca,
paralizada y quieta.

No tengo un corazón
que sea capaz de bombear,
no llega sangre a mi espíritu,
se congela mi caminar...

No tengo aire que respirar,
con el que mis pulmones llenar,
con el que mi exhausto cuerpo
se pueda refrigerar.

No tengo ganas de llorar,
no tengo ganas de reír,
no tengo ganas de soñar
ni de volverme a despertar.

No tengo ganas de sonreír,
no tengo ganas de besar,
tan solo quiero caerme
y poder resucitar...

Mikel.

El Sonido de los Pájaros

Un reloj en la pared
mueve las agujas
que van marcando
los segundos de mi vida.

Una vieja cama
sostiene mi cuerpo,
ausente de alma,
cercano al fuego.

Unas cortinas claras
del sol me protegen,
la luz me alumbra...

Una habitación fría,
en la esquina, un baño;
una vieja pantalla
de la pared colgando.

Un camino con montañas,
camino hecho de rayas,
máquina que lo dibuja
y de mí no se separa...

Noto el frescor en mis manos,
pierdo el control de mí mismo,
veo luz al final del camino.

Escucho el sonido de los pájaros,
cada vez más alto y contínuo,
ya no veo montañas,
es llano el camino.

Noto algo en mi pecho,
doloroso pero placentero,
relajo todo mi cuerpo,
incluidos mis pensamientos.

Aún así puedo escuchar,
gritos y lamentos,
gente llorar...

Ya no veo la pantalla,
ni las cortinas blancas,
ya no veo el baño,
ni la máquina que a mi lado estaba...

No puedo gesticular,
no me puedo mover,
solo puedo aceptar
que mi cuerpo quedó atrás.

Mikel.

Intento...

Intento despertar de este mal sueño,
intento gritar para espantar al miedo,
intento agarrarme a lo que puedo
para evitar caer en el llanto.

Intento buscar en mi alma respuestas,
son negativas todas las que encuentro,
intento buscar en el tiempo momentos,
aún no han llegado, ni siquiera han llamado.

Intento sentir tu calor en mi pecho,
enfrías mi sangre, latidos de hielo;
intento evitar robarte tiempo,
tu voz escucho, cuelgo y lloro.

Duele encontrarse
con un gran muro
que antes no estaba,
es fuerte y duro.

Me duele creer
que en mí no piensas,
que en tí me archivas
cuando al fin cuelgas.

Duele llorar y llorar,
lanzar lágrimas
que secas están...
de mí huyen, se van...

Duele el dolor
que siente mi alma,
duele el calor
que anhela mi calma...

Mikel.

Flor de mis Deseos

Tan feliz y a la vez tan triste,
tan complejo y a la vez tan simple,
tan rugoso y a la vez tan firme.

Tan cerca y a la vez tan lejos,
tanta seguridad y a la vez tanto miedo,
tanta tranquilidad y a la vez tantos nervios.

Tantos deseos arrojados al fuego,
tantos anhelos caídos al suelo,
tantos sueños que no han despierto.

Tanta presión en mi pecho,
larga respiración la que tengo,
tanto frío en mis adentros.

Tantos nudos en mi estómago
impidiendo alimentar mi cuerpo,
debilitándolo con el tiempo.

Sensación de caer al vacío,
constante en cada momento
que no veo, que no miro.

Tiempo cruel y maldito
que me arrojas al castigo
de tener que soportarte.

Luna fría y traicionera
que mis sueños te llevaste,
prefieren estar a tu vera.

Flor mágica y marchita
que con regarte y amor darte
volverías a tener vida.

Flor que desde la soledad
en todo momento y lugar
con atención contemplo...

Mikel.

Escrito el 24-7-2010

En Ocasiones...

En ocasiones ignoro como continuar,
dudo de que decisiones tomar,
me siento solo en mi pensar.

En ocasiones desearía
no haber nacido persona,
ser un simple animal.

Que no tenga que pensar,
que no tenga que decidir,
que no tenga que lamentar.

A veces las cosas no son
como nos gustarían,
se revelan contra nuestros deseos,
destruyen en parte nuestra vida.

Respirar y aguantar
es la única salida
a la que me puedo acoger.

Cada latido de mi pecho
es un impulso de miedo,
temo perderlo...

A veces las cosas no son
como tú crees que son,
ignoro o desaparición.

Soy incapaz de ignorar
todo aquello a lo que amo,
a lo que quiero de verdad,
a lo que debo la felicidad.

Debo controlar mis pasos,
debo prevenir mis caídas,
debo vigilar las fugas
de la luz de mi vida.

A veces me gustaría sentir
que la persona de mis sueños
está realmente aquí.

A veces me gustaría sentir
que la persona de mis sueños
es realmente para mí.

Mikel.

(escrita el 23/07/10)

El Altar Olvidado

Sentado en un banco,
mirando fijamente al altar,
con un lápiz en mis manos
y un largo pensar...

Escribo en un papel
todo mi no comprender,
todo cuanto los dioses
en mí dejaron crecer.

Con una pequeña
mecha lo empiezo a prender,
se lo mando a su dimensión
para que lo puedan leer.

Ya no se que creer,
en quien confiar,
que hacer con todo
lo que quedó atrás.

No recibo contestación,
la carta no llegó,
las cenizas robaron
las letras de su interior.

Dicen que en la vida
todo ocurre por alguna razón,
dicen que en la vida
cada decisión es nuestro caminar.

A veces no sabemos que hacer,
nos escondemos de la realidad,
nos asusta elegir una dirección
que nos aleje de nuestro hogar.

Las esperanzas aún no he perdido,
las conservo en mi corazón;
las esperanzas aún no he perdido,
no quieren salir de mi interior.

Siempre he confiado en las decisiones
que el destino por mí ha tomado,
una cosa, siempre he anhelado
estar a tu lado...

No puedo evitar sentir rabia.
impotencia ni malestar,
no puedo evitar beber
de las lágrimas de mi llorar.

No puedo evitar ceder el testigo
a la oscura y fría tristeza,
pero si puedo intentar aguantar,
ser fuerte, evitar blasfemar...

Confiaré en tu cabeza
y en tu dulce corazón,
confiaré en que tu alma
sea tu luz del Sol.

Empiezo a pensar en Dios,
ese ser tan bueno y bondadoso
que de todos nosotros
se olvidó...

Me aferro al calor
que conservo en mi interior,
lo cuidaré, lo mimaré,
evitaré que se apague su luz.

Mikel.

Volveré a Dormir

Dos cuerpos tumbados
sobre una misma cama,
arropados por sábanas.

Un sentimiento
en el interior,
el cálido amor.

Una ventana tapona
la luz del sol,
ya amaneció.

En la oscuridad
puedo notar tu corazón,
siento su palpitación.

Mi mano empieza a acariciar
tus suaves mejillas
rebosantes de felicidad.

Abrir los ojos y poder ver
el rostro que cuida tu piel,
belleza de una joven mujer.

De repente tu despertar,
tu sonrisa al notar
que entre mis brazos estás.

No sé que más pedir
ni tampoco que desear,
¡tiempo detente ya!

Una gota de sudor
recorre mi mustia piel
al no poderte ver.

Volveré a dormir
y solo despertaré
cuando roces mi piel...

Mikel.

Reflexión en el Desierto...

Leer primero: Olvidado en el Desierto

Tumbado en la arena
he podido contemplar
mis errores, mi condena.

He pecado de fallar
a mi propia promesa,
no detenerme, continuar.

Por paciencia no tener,
por ansioso ser,
me dejé vencer...

Por suerte ahí está,
velando por mi felicidad,
evitando que vuelva a errar.

A pesar de su perfección
no lo podrá evitar,
soy humano y mortal.

Hay veces que no la puedo ver,
hay veces que no la puedo palpar,
hay veces que no la puedo escuchar.

No hay que mirarla con los ojos,
no hay que palparla con las manos,
no hay que escucharla con los oídos.

Se encuentra en mi interior,
en lo más profundo de mí,
de mi ardiente corazón.

Gracias por todo,
gracias por ser...
mi más profundo amor.

Mikel.

Olvidado en el Desierto

Solitario en el desierto,
guiado por el viento,
alimentado por el sueño.

Mi Dios no ha llamado,
de mí se ha olvidado,
desconoce por donde ando.

Tras horas caminando
mis pies se están cansando
y mi apetito despertando.

Una lágrima seca
es derramada por mi ser,
en ella va mi esencia.

Andar por andar
sin méritos lograr,
sin la meta alcanzar.

Mejor detenerse
y la vida dejar
que sufrir por soñar.

Esto me ocurre
por metas tener,
debilidad de mi ser.

Llorar por no tenerla,
y por tenerla, también,
llantos de mi ser.

Añorar con poder verla
y caminar para poder,
camino para perder.

Dos huellas poder ser,
a solas poder estar,
Soledad no quiere entender.

Mi corazón llora al no poder
ni su rostro ver,
ni su alma acariciar...

Dos espíritus en soledad,
dando lugar al querer,
derrochando tranquilidad...

Mikel.

En La Oscura Noche

Camino de soledad,
distante de la felicidad,
cercano al mar.

Mi brújula se quemó
por el calor
de mi interior.

Ojos bien abiertos
que no consiguen ver
las huellas de tu ser.

El sol se fue a dormir,
las estrellas van a salir,
en ellas te buscaré...

No puedo contemplar tu caminar,
no consigo oler el aroma de tu piel,
pero sé que ahí estás.

Eres mi vitalidad,
fuerza que me ayuda
a no parar, a continuar.

Mi sonrisa se hospeda
en tu tranquilidad,
vecina de tu felicidad.

Mis manos frío tienen ya,
necesitan rozarte
y sentir tu suavidad.

Paso tras paso
me guía el corazón,
me guía en tu dirección.

En la oscura noche
no consigo ver,
el amor me hará volver.

Necesito volverte a ver,
sentir tu calor,
sentirte en mi piel.

En mi cabeza tu estás,
junto a mis acordes,
nada más...

Mikel.

El Techo de Estrellas

Un cielo lleno de estrellas,
huellas perdidas en la arena,
brisa del mar en primavera.

El pelo baila con el viento,
celebran cada instante del momento,
atrás quedaron los miedos.

Dos sombras se reflejan
en la orilla de esta playa
por la luna iluminada.

Miradas que se pierden
en el alma de quien viene
paseando junto a mí...

Una ola humedece nuestros pies,
nos alejamos, sonreimos al ver
que la tierra quiere jugar también.

Por un momento se detienen el caminar,
las agujas, el aire y el respirar,
mis brazos rodean tu calma.

Se detiene el tiempo al contemplar
semejante escena de felicidad,
el ambiente cálido está...

Un llanto de la ilusión,
un solo del corazón,
una llamarada de pasión.

Un roce insinuante
desde el interior
de nuestro calor.

Se reanuda el caminar,
el techo de estrellas
ahora brilla más...

Mikel.