11/7/10
Reflexión en el Desierto...
Tumbado en la arena
he podido contemplar
mis errores, mi condena.
He pecado de fallar
a mi propia promesa,
no detenerme, continuar.
Por paciencia no tener,
por ansioso ser,
me dejé vencer...
Por suerte ahí está,
velando por mi felicidad,
evitando que vuelva a errar.
A pesar de su perfección
no lo podrá evitar,
soy humano y mortal.
Hay veces que no la puedo ver,
hay veces que no la puedo palpar,
hay veces que no la puedo escuchar.
No hay que mirarla con los ojos,
no hay que palparla con las manos,
no hay que escucharla con los oídos.
Se encuentra en mi interior,
en lo más profundo de mí,
de mi ardiente corazón.
Gracias por todo,
gracias por ser...
mi más profundo amor.
Mikel.
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