
En un día pasado
ordenando el desván
vi una vieja carpeta
que mucho polvo tenía.
Inconsciente la abrí
para ver su interior,
muchas cartas viejas,
cartas jamás enviadas...
En ellas se hablaba
de heridas cerradas
que por volver a leerlas
quedaron destapadas.
Un sentimiento en
cada linea,
cada letra,
anhelaba conseguir
tu duro corazón de piedra.
Al ver en muro invatible
que tenías montado,
decidí guardar mis armas
y retornar a mi poblado.
Era un soldado enojado
con su cobarde valor,
que no tubo agallas
en confesar su amor.
Ahora recuerdo todo,
lo veo con más claridad,
estos versos han probocado
que todo vuelva a empezar.
Se que no soy tu chico,
se que soy uno más,
que en tu corazón duerme
en el valle de la amistad.
Pero te envío una carta
pidiendo tu fina mano,
pidiento que pases
todo tu tiempo a mi lado.
En un pasado me callé
y ahora estoy enmendando
un error fallecido
y por el tiempo olvidado.
No espero ganar el combate,
pero al menos he peleado,
he tenido valor,
valor de intentarlo...
Ven y dame un beso
si aceptas mi petición,
si crees que tu sonrisa
estará en mi corazón.
Dame un beso tierno,
que demuestre todo tu amor,
donde quede todo claro
sin posible equibocación.
Si crees que tu alma
no es mía,
que no es mío
tu corazón.
Ven y dame un abrazo,
un fuerte apretón,
donde me quede claro,
que la batalla acabó.
Siempre seré tu amigo
aunque no sea tu amor,
y si algo pasará
siempre estarás...
en mi corazón.
Mikel.
Carta dedicada a Silvia, su respuesta se la llevó el silencio....