
Un cristal me separa
de la fría realidad,
la lluvia lo moja,
lágrimas del mar.
Un espejo refleja
mi dejado rostro,
plenitud de arrugas,
pelo blanco canoso.
Las horas, los días,
en mi mecedora los paso,
pensando en mis tiempos,
momentos del pasado.
Ahora tan solo sirvo
para pensar, recordar,
pues mi cuerpo ha sufrido
el paso del tiempo.
Un reloj de arena
es mi viejo corazón,
mucho ha vivido ya,
se merece desansar.
Mi mujer me espera,
me desea abrazar,
pronto la veré,
pronto viajaré al más allá.
Cada noche es un reto
pues puedo no volver
a ver el bello mar,
volver a respirar...
Al salir la luna
una vela enciendo,
mi luz en la noche,
el escape de mis miedos.
Pronto nos veremos,
pronto seremos uno,
pronto serás aire,
aire inmortal...
Mikel.