Cómo ha de sentirse
un capitán sin navío,
o un ave sin alas,
o un mar sin ríos.
Qué añora un poeta en sus versos,
qué espera una princesa en sus cuentos,
qué susurra una brisa sin viento.
En qué piensa un guerrero sin tierra,
qué siente un alma sin cuerpo,
cómo ama un corazón de piedra.
Ese es el interior mío,
unas velas sin navío,
me falta el motor del alma
que me ayuda a volar por los ríos.
Guardadas están mis esperanzas,
que con versos añoran tus palabras,
fonemas arrastrados por la brisa
de un mar en calma.
Sentado estoy en el muelle,
observo una carabela a lo lejos
en la que navegan doscientos guerreros,
humildes soldados que fallecen,
jamás verán como sus hijos crecen..
Esos soldados, al igual que yo,
escriben cartas de esperanza cargadas,
añoran volver a estrechar la mano de su amada....
Mikel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario