Sentado en mi viejo sillón
escucho como la lluvia
golpea el firme cristal.
Mis pupilas siguen a las gotas
que solas van resbalando
hasta la repisa alcanzar.
En cada una de ellas viaja
un mal recuerdo, sueños deshechados
que ya nunca volverán.
Tras la tormenta viene la claridad,
tras el frío viene el calor
y tras las pesadillas, la paz.
La lluvia de repente cesa,
el silencio se deja escuchar,
ojos cerrados, suave respirar.
Los rayos del sol evaporan
las gotas de agua que mojan
los caminos de mi andar.
Abro los ojos sin pensar,
miro las aceras ya secas,
sonrio al sentir su paz.
Ahora puedo mirar al sol
y cegarme por su esplendor,
sentir su plácido calor.
Ahora puedo sentir la paz,
estando apoyado en tu pecho,
soñando con no despertar...
Mikel.
25/10/10
El Agua Evaporada
6/10/10
El Despertar De Cada Mañana

El sol reflejado
en la ventana
me hace despertar.
Una brisa de aire
acaricia mis mejillas,
me hace levantarme.
Camino por el pasillo
tomando contacto
con la nueva realidad.
La luz del baño tiembla,
la ducha fría está,
momento para meditar.
Mientras el agua
resbala por mi cabello
embobado me quedo.
Mientras el jabón
se desliza por mi cuerpo
aprobecho a pensar.
Cuanta felicidad me invade
cada mañana al despertar,
al saber que estás.
Cuanta emoción me absorve
al saber que te podré ver
antes de volverme a acostar.
Una sonrisa se me escapa
al verte en mí proyectada,
sonriente y abrazada.
Una vez aclarado el jabón
salgo de la ducha,
secándome pienso en tí, corazón.
Me preparo para salir,
para ver el mundo otra vez,
para poder volverte a ver.
Se me acelera el corazón,
los latidos, la respiración,
pues tu los mueves, mi amor.
La alegría de las mañanas,
la luz que entra por las ventanas,
el aire que oxigena mi alma.
La sangre de mis venas sonrojadas,
las sonrisas que dibuja mi cara,
el agua que mi sed calma.
Todo eso eres tú,
no tengo palabras
para definir
cuánto eres para mí.
Mikel.