Sentado en una vieja silla
hecha de cascada madera
contemplo la escena fría
que marcará mi vida entera.
En la mesa estan los brazos,
apoyados y despreocupados,
mis ojos estan clavados
en la llamita de una vela.
El viento que circula
por la pequeña cabaña
mueve su fina luz
haciendo que las sombras bailen.
La observo con atención
pues en ella van mis recuerdos,
tan breves fueron
que entran en su fino cuerpo.
Veo brillar la llama,
noto como me alumbra,
como ilumina mi piel,
dandola color...
Solo hay una cosa
que no puedo alcanzar,
por más que la coja
su calor no consigo notar.
En medio del valle de la soledad,
en una cabaña de viejas maderas,
solo esa vela me puede calentar
aunque su calor no me llega...
No sé que hacer,
mi cuerpo se adormece,
el frío entra en mí,
por mi fina piel.
Un temblor me recorre,
mi piel se aclara,
me recojo en mí mismo
para sentir algo de calor...
De nada sirve,
esfuerzos en vano,
energía gastada
en inútil batalla.
Lo que más me duele
es que no veré jamás
la luz del sol,
el alba será mi final...
Mikel.
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