30/6/10
Arena Entre Las Manos
Es curioso como el destino
altera la dirección del camino
por el cual mis pies dirigen
lo que parece ser mi vida.
Ahora ya nada tiene sentido,
vuelvo a caminar solo y dolido,
vuelvo a sentir ese frío
que durante años gobernó mi alma.
Que duro es intentar llorar
y que las lágrimas bacilen,
que duro es intentar soñar
cuando los sueños no existen.
Es curioso como la felicidad
se desvanece como arena entre las manos,
sin poder hacer nada por ello,
sintiendo impotencia al contemplarlo.
Vendería mi alma al diablo,
incluso haría un pacto de sangre
para conseguir vivir siempre a su lado
y que eternamente me ame.
Pero he tenido que ser humano
y no puedo hacer tal cosa,
tendré que conformarme
con volver con mi antigua esposa,
Soledad.
Duele llorar sangre,
en la sangre va dolor;
duele luchar por alguien
y perder así el honor.
Duele volver a sentir el frío
que en un pasado abandoné,
duele haber sentido el calor
y de cuajo frío otra vez.
No sé cuanto tiempo podré
aguantar esta situación,
atravesar las puertas
de mi peor temor.
Mi estómago renuncia a la comida,
pues cree que no la necesita;
mi mente renuncia al sueño
pues no puede dormir tranquila.
Mi garganta pide agua
pues esta seca y fría;
mis labios están tristes
pues necesitan tu alegría.
Mis dedos ya no son los mismos,
ahora los mueve la apatía,
su música suena distinta,
está cargada de melancolía.
Las melodías alegres
ya no existen,
fueron imaginaciones mías,
jamás sonaron.
Tal vez sea por mí,
o por mi corazón,
porque necesita cura
de tanto dolor.
Nunca he sido tan sincero
como lo fui con vos,
nunca te sonará un Te Quiero
como te lo susurré yo...
Mikel.
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