Caído en Combate

Contemplo el dormir de mis sueños,
contemplo el temor de mis miedos,
contemplo el valor de mi esfuerzo,
contemplo el color de mi cuerpo.

Roja oscura es mi sangre,
ahora plomo corre en ella,
una bala atravesó mi carne,
condicionó mi vida entera.

Las agujas del reloj vital
han acelerado, corren
sin parar, sin descanso,
consumiendo mi interior...

Los párpados van cerrando
las puertas de mi alma,
mi corazón excitado
al fin se relaja.

Pierdo el control,
siento que no soy yo,
estoy abandonando
mi cuerpo herido.

Intento agarrarme
a la intensidad de la vida,
intento postponer
esta dura despedida.

Intento mover la mano,
un dedo; una señal busco
para saber si ya he muerto.

No tengo agallas,
ni si quiera lo esperaba,
perder mi vida,
dársela a mi patria.

Me alisté con intención
de poder poner un pan
en la dura mesa familiar,
he encontrado mi final...

En un último suspiro
puedo observar
a mis enemigos
mi caída celebrar.

Para ellos soy un cuerpo,
no ven mas allá,
no piensan en mis recuerdos
o en quien me pueda esperar.

Mi familia, mi mujer,
mis hijos y amigos;
personas con quien
lo compartí todo ayer...

Pero ya no hay vuelta atrás,
mi alma vuela ya,
mi cerebro descansa,
deja de trabajar.

Adiós mi amor,
adiós mi corazón,
dile a nuestros hijos
que se llevaron mi amor.

No llores por favor,
se fuerte cuando notes
que a tu lado no estoy yo,
que la cama fría esta...

Supéralo con valor,
olvida tu dolor,
encuentra de nuevo
otro amor, otra ilusión.

Yo te cuidaré,
desde allí velaré,
acuerdate de mi,
vuelve a ser feliz...

Mikel.